VENTANA
ROTA DE UNA PEDRADA PARA EL POETA MIRANDA
el caso es que tengo un amigo
que tiene veintiún años (en el corazón)
y una piedra (en la mano) mi amigo el poeta
no
era el terror
. . . . . . de las
quinceañeras malcomidas
. . . . . . de las
zonas circundantes a su casa
no era un delincuente
. . . . . . y solo
un par de veces lo encontró la policía
. . . . . . en un parque
sospechoso
. . . . . . o en la
esquina inapropiada
él
tenía veintiuno
. . . . . . desde hacía
varios años
y una palma extendida y la otra mano cerrada
digo que mi amigo ejecutaba los más raudos
actos de desaparición
y se soñaba insultando a los suprarrealistas
y reía y se colgaba
. . . . . . y empujaba
a veces
y
esperaba una ventana
una ventana grande
y brillante o una ventana chica
y opaca o una ventana convexa
o una polarizada
mi
amigo el poeta Miranda
(21 años + 1 piedra)
. . . . . . en el corazón
y en la mano
prefiere todas las ventanas
menos las que ya están trizadas.