Nº 20
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creación
 
Mateo Díaz Choza
 

(Todos vuelven - Vals)

Todos vuelven
al lugar donde nacieron
y la tierra revuelta
espera henchida
como las grutas que se abren,
mientras que nosotros
antes del retorno
entonamos cánticos inaudibles,
ya sea en tus sacras paredes
y en el espesor de tus altares
o durante la ceremonia solitaria
           de dos personas
           que se aman;

aunque ya intuíamos
                    (porque nunca
                    se supo nada)
que el recorrido era
un enorme cuerpo
en el que extremidades
se engullen y defecan,
un único cuerpo
torpe      inmenso      irremediable
que se devora a sí mismo
como un tambor que suena
una y otra vez;

porque a ciertas horas
tus calles se asemejan
al terrible monstruo mitológico
de las cabezas y gusanos,
a ciertas horas aparece
la grotesca sonrisa de los
geniecillos encorcetados,
a ciertas horas son tus cavidades
un camino hosco
e insondable,

porque en la hora incierta
no importa la ceguera de la tierra,
ni el agudo grito del ave
que sobrevuela,
ni siquiera los incestuosos
espasmos que ocasionalmente
nos asedian,

en la hora incierta
                    todos vuelven,
pero el lecho nunca se cierra
y el susurro nos acompaña
como un río           
                    que creemos que ya no existe.

   


(Pregón de otro mundo)

… y cuando salía
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía
San Juan de la Cruz


Nudo, entraña rabiosa,
imagen moradora de
los bajos arrabales,
cuerpo sediento de tu
propia mendicidad,
hambre y lujuria entrelazadas
-bastarda juntura-,
víscera que gimes y derramas
tu sangre aceitosa sobre
la extensa tumba donde yace
el sexo mil veces mutilado,
                                 a ti, espíritu del bajofondo,
cuando en mí crece
tu marea sigilosa
y horadas de mi cuerpo oscuro
la cueva desolada
y mi soledad asolada
es cada día más estrecha,
cuando implacable me arrojas
en las calles balbucientes
y el agónico morar y el plañir
es el espejo de mi mente soledosa,
                                 entonces –arácnido en tus
                                 propias ansias carcomido-,
recuerdo aquella voz que lejana
pregonaba su lamento penetrante,
cuando exiliado de mí mismo erraba
en los campos de cemento extendido
y súbito me detuve entre el palomar
numeroso de gritos refractados,
entonces lo recuerdo –funesto
espectro que me asolas desde adentro-,
porque detrás suyo corrí y arrodillé
mis ojos implorantes, sedientos,
cuando atronó la tierra abierta
y el bullente mar inmarcesible-
en una exclamación inaudible, indecible-
y quedé como cuando solo secreto
                                               secreto
                                               secreto,
ido, vahído, innombrado, de todo olvidado.


(Canto final – Landó)

Y la madrugada estalló
como una estatua
y era el festín de los cuerpos hacia afuera,
de la sangre que discurre dando vueltas
cuando el barro de las piernas se derrite
y los pasos son más cortos y apurados,
era la tierra que invadía las azoteas,
era el cuerpo nuevamente estremecido,
era tu llegada que abrasaba como un tambor,
como un tambor, landó landó

venías ataviada del tiempo dividido,
tus espejos eran los cuchillos con que mirabas,
donde el cuerpo siempre fragmentado
se reflejaba en el cadáver que nos iguala,

           pero venías ataviada del tiempo que se iba

en una distancia que nos crecía como las uñas y la muerte,
venías y para serte tenía que anegarme en el río oscuro
y doloroso de las líneas que se escriben, 

porque cuando venías,
ya no quedaba nada de mi cuerpo
ni de mi voz extraviada en la chilla de la muerte,
expulsado para siempre del abrigo del silencio,
condenado al asalto de los signos sucesivos,
solamente una mirada despedazada
que cargaba sus andrajos como pasos perdidos,

porque cuando viniste como una ofrenda,
una promesa de tiempo y muerte,
te quise más que mis ojos
y mi mundo
mi insuficiente mundo
ardió esplendido
abrasado por la tierra

 
 
©Mateo Díaz Choza, 2012
 
Mateo Díaz Choza (Lima - Perú, 1989). Estudiante de literatura de la UNMSM. Desde el año 2010 es organizador del ciclo de recitales Ese puerto existe, realizado en dicha casa de estudios. Poemas suyos han aparecido en distintas publicaciones del medio. Actualmente colabora con el blog Germinal.
 
 
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