Jorge Cáceres
(Chile)
Estudiante de Educación
de la Universidad de Santiago de Chile
Si bien no he sido un asiduo asistente a las ponencias
y a las mesas, creo que el JALLA-E ha sido muy útil
para las personas que venimos de distintos países.
Conocer escritores nuevos, enterarse de temas que
uno no conoce bien, contactarse con otras personas
son cosas importantes. Pero también, y tal
vez lo más valioso, es compartir con otra gente,
conocer otras realidades, otras formas de pensar.
Creo que siempre hay que complementar la parte académica
con la parte cotidiana. Por ejemplo, se puede aprender
tanto de las ponencias sobre la crítica literaria
o el discurso testimonial (uno de los temas que más
me interesó) como la visión de la vida
que tiene un taxista.
Como estudiante de educación, ¿de
qué manera te ha servido el JALLA-E?
Hay
cosas que se pueden aplicar perfectamente dentro de
una sala de clases. Los textos del discurso testimonial,
por ejemplo, son textos que se le pueden enseñar
a los niños en el colegio, y ver de qué
manera se refleja la cultura de un pueblo en ese testimonio,
en ese libro. Ahora mismo, algunos relatos de la historia
peruana, como la de Túpac Amaru, pueden utilizarse
también en la enseñanza.
¿Y
cuáles son tus planes, ahora que regresas a
Chile?
Estoy
en el quinto año de la carrera, el último,
y ya tengo que comenzar a hacer las prácticas
con chicos de 2do medio (lo que equivale al tercero
de secundaria aquí).
¿Qué
es lo que más te gustó del JALLA-E?
La buena onda de la gente. Mucho más que lo
académico, diría. Creo también
que la organización debe recibir una felicitación.
Yo fui el intermediario entre el JALLA-E y la Universidad
de Chile y solo fui responsable de once personas.
Me imagino lo que costará organizar un JALLA-E.
Lo más importante es que resultó, salió,
se conoció, se compartió y aprendió
también.
¿Y crees que faltó algo?
Sí. Un partido de fútbol entre bolivianos,
chilenos y peruanos.
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