Moro,
cuestión de amar
Amour
à Moro
se suscribe como la publicación más
importante realizada el 2003 por los cien años
del nacimiento del poeta César Moro.
Como
directores de la lograda revista More Ferarum,
Padilla y Estela antecedieron esta publicación
con los números consagrados a los también
poetas J. E. Eielson y Gastón Fernández.
Ahora, esta entrega dedicada al poeta surrealista
representa el mayor logro de edición alcanzado
por ambos.
Amour
á Moro nos trae casi totalmente la obra
literaria del poeta, la cual está acompañada
por ensayos, artículos y estudios sobre el
autor; además de cartas escritas y recibidas
por Moro. Los ocho capítulos que conforman
este libro se ven enlazados por el propio ensueño
surrealista, que va desde la disposición de
los mismos, hasta el contenido propio de ellos. El
hilo conductor está marcado coherentemente
por los editores: los excelentes textos exhibidos
vivifican y acrecientan el goce para el lector.
El
emotivo e íntimo texto de André Coyné
con el que se inicia esta edición abre la brecha
para El alfabeto enfurecido, primer capítulo
que contiene una selección de los poemarios
Castillo de Grisú, Piedra de soles
y Amor a muerte; además del poema-plaqueta
Carta de amor, traducido por E. A. Westphalen.
Junto a ellos aparecen algunos apuntes críticos,
al igual los textos de Mario Vargas Llosa, Álvaro
Mutis y Valerio Sannicandro, en donde los autores
definen a modo personal detalles sobre quién
fue César Moro, según propias perspectivas.
Sobre
el mar de metales ardientes es el segundo
capítulo, y presenta una selección de
La tortuga ecuestre, como también algunos
textos críticos en torno a este poemario; resalta
el de Verónica Zondek, titulado "Al galope
con la tortuga ecuestre". Dichos textos están
acompañados por tres notables prosas de Moro:
"Cuaderno Mistagogo", "Por una infancia
mejor" y "La sombra del ave del paraíso".
En
la tercera parte Paciencia, demarcación
e infierno Estela comenta el caso de Violette
Nozières (1933), plaqueta que llevara el
nombre de una muchacha que envenenó a sus padres.
Editada por E. L. T. Mesens, esta plaqueta surgió
a modo de manifiesto por parte de los surrealistas
frente a este hecho policial que conmocionó
Francia y Bélgica. En ella participaron, principalmente,
Breton, Moro, Peret, Eluard y Dalí, entre otros.
En
el cuarto capítulo, La terraza sublime de
las apariciones, aparecen algunos textos dedicados
al poeta sobresalen los poemas de Enrique Molina
y Alfonso D' Aquino, además del manifiesto
"Propuesta para una moralidad objetiva",
firmado por Givors, Dawson, Moro, Wolfang y Alice
Paalen y Eva Sulzer. Lo más resaltante de este
capítulo es el texto de Marco Antonio Cuevas
"Permanencia de César Moro bajo el cielo
de México", una concienzuda bibliohemerografía
de la obra total de Moro en su estadía en México
(1938-1948).
Centellas
para dejar sobre el lápiz es uno de los
capítulos más interesantes de este libro.
En él se presentan los artículos "Don
César Quíspez, Morito de calcomanía",
de Vicente Huidobro, "Plagio de pelo en pecho"
y las cartas de Waldo Parraguez, Gabriela Rivadeneira
y Eduardo Anguita. El eje común de estos textos
gira en torno a los enfrentamientos que sostuvo Moro
con dichos intelectuales respecto al plagio de poemas
y pinturas. Dichos textos, cargados de un lenguaje
irónico, despectivo y fascista, son un ataque
frontal a la persona y obra del poeta peruano. Logrado
dossier chileno: las diatribas y eufemismos
entran a tallar curiosamente en una especie de "visión
del otro", en donde el lector es partícipe
de los conceptos y opiniones que despertaba Moro (Huidobro
y Anguita lo llaman "criollito mediocre",
"indiecito presuntuoso", respectivamente)
en las fisonomías, heridas y sentimientos de
algunos surrealistas sureños.
El
sexto capítulo, Sobre el basalto ardiente
del insomnio, aparece como un homenaje a Moro,
con poemas de Georgette Vallejo, Estela y E. A. Westphalen
dedicados al autor de La tortuga ecuestre.
Resaltan los textos "Notas acerca de la relación
entre César Moro y André Breton",
de Rafael Vargas, y "Saber y violencia en los
ensayos de Moro", de Helena Usandizaga. En ambos
se crea una focalización ascendente en torno
al autor real y su poesía; sobre todo en el
valioso trabajo de Usandizaga, que detalla, a modo
de antología, aspectos esenciales de la obra
del surrealista peruano.
El
renacimiento de la sospecha, séptima parte
de este libro, contiene las traducciones hechas por
Moro a algunos textos de René Etiemble, Victor
Serge y Roland de Réneville. Frente a ellos
sobresale la traducción de "Los mitos",
brillante escrito de Benjamin Péret en donde
surge el paralelo del hombre primitivo, el culto a
los mitos y la relación de ambos con el quehacer
poético. Este ensayo se ve acompañado
por una pequeña biografía de Péret
hecha por Moro, además de una carta del propio
Péret dirigida al traductor.
El
octavo y último capítulo, Los anteojos
de azufre, presenta la nueva edición, corregida
y aumentada por André Coyné, de las
prosas de César Moro que datan de su primera
edición, allá por 1958. Esta sección
del libro se constituye como la más importante,
ello pues exhibe material poco conocido sobre el poeta.
Estos artículos, reseñas y semblanzas
representan un material valiosísimo, no solo
porque abarcan la concepción cosmopolita del
surrealismo, sino, principalmente, porque es una muestra
del contexto social, cultural y artístico que
lo toco vivir a Moro. Toda su poética se ve
reflejada en estos textos críticos sobre arte,
arquitectura, música, pintura, cine y literatura.
Si en el quinto capítulo nos quedamos con la
incertidumbre propia de los agravios detallados por
Huidobro y Anguita, aquí encontramos el artículo
"La bazofia de los perros" traducido
notablemente por Mario Vargas Llosa, en donde
Moro ataca a ambos. Junto a los brillantes textos
en torno a la obra de Proust, Dalí y Baudelaire
encontramos "El perro andaluz", en donde
somos testigos de la enorme repercusión que
causó este film de Buñuel, tanto para
el poeta como para todas la esferas que tallaron el
arte de aquellos años. También aparece
"A un redactor de El Comercio", una
carta dirigida a un destinatario anónimo, en
cuyas líneas Moro resalta su enorme labor en
defensa y prestancia de la cultura.
Moro
sugerente, directo, su pensamiento sobre las palabras
a través de las líneas escuetas
de homenajes tardíos y ceremonias desnudas,
llenas del glamour siempre ajeno a la vida
del poeta, aparece triunfante en esta pulcra
y notable edición. Todo poesía. Todo
ensueño. Moro total.
©
Francisco Izquierdo, 2003 
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