Amour á Moro nos trae casi totalmente la obra literaria del poeta, la cual está acompañada por ensayos, artículos y estudios sobre el autor; además de cartas escritas y recibidas por Moro. Los ocho capítulos que conforman este libro se ven enlazados por el propio ensueño surrealista, que va desde la disposición de los mismos, hasta el contenido propio de ello

 

 

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Homenaje: Amour à Moro
Signo Lotófago. Carlos Estela, José Ignacio Padilla editores.
 
 

Moro, cuestión de amar

Amour à Moro se suscribe como la publicación más importante realizada el 2003 por los cien años del nacimiento del poeta César Moro.

Como directores de la lograda revista More Ferarum, Padilla y Estela antecedieron esta publicación con los números consagrados a los también poetas J. E. Eielson y Gastón Fernández. Ahora, esta entrega dedicada al poeta surrealista representa el mayor logro de edición alcanzado por ambos.

Amour á Moro nos trae casi totalmente la obra literaria del poeta, la cual está acompañada por ensayos, artículos y estudios sobre el autor; además de cartas escritas y recibidas por Moro. Los ocho capítulos que conforman este libro se ven enlazados por el propio ensueño surrealista, que va desde la disposición de los mismos, hasta el contenido propio de ellos. El hilo conductor está marcado coherentemente por los editores: los excelentes textos exhibidos vivifican y acrecientan el goce para el lector.

El emotivo e íntimo texto de André Coyné con el que se inicia esta edición abre la brecha para El alfabeto enfurecido, primer capítulo que contiene una selección de los poemarios Castillo de Grisú, Piedra de soles y Amor a muerte; además del poema-plaqueta Carta de amor, traducido por E. A. Westphalen. Junto a ellos aparecen algunos apuntes críticos, al igual los textos de Mario Vargas Llosa, Álvaro Mutis y Valerio Sannicandro, en donde los autores definen a modo personal detalles sobre quién fue César Moro, según propias perspectivas.

Sobre el mar de metales ardientes es el segundo capítulo, y presenta una selección de La tortuga ecuestre, como también algunos textos críticos en torno a este poemario; resalta el de Verónica Zondek, titulado "Al galope con la tortuga ecuestre". Dichos textos están acompañados por tres notables prosas de Moro: "Cuaderno Mistagogo", "Por una infancia mejor" y "La sombra del ave del paraíso".

En la tercera parte Paciencia, demarcación e infierno Estela comenta el caso de Violette Nozières (1933), plaqueta que llevara el nombre de una muchacha que envenenó a sus padres. Editada por E. L. T. Mesens, esta plaqueta surgió a modo de manifiesto por parte de los surrealistas frente a este hecho policial que conmocionó Francia y Bélgica. En ella participaron, principalmente, Breton, Moro, Peret, Eluard y Dalí, entre otros.

En el cuarto capítulo, La terraza sublime de las apariciones, aparecen algunos textos dedicados al poeta —sobresalen los poemas de Enrique Molina y Alfonso D' Aquino—, además del manifiesto "Propuesta para una moralidad objetiva", firmado por Givors, Dawson, Moro, Wolfang y Alice Paalen y Eva Sulzer. Lo más resaltante de este capítulo es el texto de Marco Antonio Cuevas "Permanencia de César Moro bajo el cielo de México", una concienzuda bibliohemerografía de la obra total de Moro en su estadía en México (1938-1948).

Centellas para dejar sobre el lápiz es uno de los capítulos más interesantes de este libro. En él se presentan los artículos "Don César Quíspez, Morito de calcomanía", de Vicente Huidobro, "Plagio de pelo en pecho" y las cartas de Waldo Parraguez, Gabriela Rivadeneira y Eduardo Anguita. El eje común de estos textos gira en torno a los enfrentamientos que sostuvo Moro con dichos intelectuales respecto al plagio de poemas y pinturas. Dichos textos, cargados de un lenguaje irónico, despectivo y fascista, son un ataque frontal a la persona y obra del poeta peruano. Logrado dossier chileno: las diatribas y eufemismos entran a tallar curiosamente en una especie de "visión del otro", en donde el lector es partícipe de los conceptos y opiniones que despertaba Moro (Huidobro y Anguita lo llaman "criollito mediocre", "indiecito presuntuoso", respectivamente) en las fisonomías, heridas y sentimientos de algunos surrealistas sureños.

El sexto capítulo, Sobre el basalto ardiente del insomnio, aparece como un homenaje a Moro, con poemas de Georgette Vallejo, Estela y E. A. Westphalen dedicados al autor de La tortuga ecuestre. Resaltan los textos "Notas acerca de la relación entre César Moro y André Breton", de Rafael Vargas, y "Saber y violencia en los ensayos de Moro", de Helena Usandizaga. En ambos se crea una focalización ascendente en torno al autor real y su poesía; sobre todo en el valioso trabajo de Usandizaga, que detalla, a modo de antología, aspectos esenciales de la obra del surrealista peruano.

El renacimiento de la sospecha, séptima parte de este libro, contiene las traducciones hechas por Moro a algunos textos de René Etiemble, Victor Serge y Roland de Réneville. Frente a ellos sobresale la traducción de "Los mitos", brillante escrito de Benjamin Péret en donde surge el paralelo del hombre primitivo, el culto a los mitos y la relación de ambos con el quehacer poético. Este ensayo se ve acompañado por una pequeña biografía de Péret hecha por Moro, además de una carta del propio Péret dirigida al traductor.

El octavo y último capítulo, Los anteojos de azufre, presenta la nueva edición, corregida y aumentada por André Coyné, de las prosas de César Moro que datan de su primera edición, allá por 1958. Esta sección del libro se constituye como la más importante, ello pues exhibe material poco conocido sobre el poeta. Estos artículos, reseñas y semblanzas representan un material valiosísimo, no solo porque abarcan la concepción cosmopolita del surrealismo, sino, principalmente, porque es una muestra del contexto social, cultural y artístico que lo toco vivir a Moro. Toda su poética se ve reflejada en estos textos críticos sobre arte, arquitectura, música, pintura, cine y literatura. Si en el quinto capítulo nos quedamos con la incertidumbre propia de los agravios detallados por Huidobro y Anguita, aquí encontramos el artículo "La bazofia de los perros" —traducido notablemente por Mario Vargas Llosa—, en donde Moro ataca a ambos. Junto a los brillantes textos en torno a la obra de Proust, Dalí y Baudelaire encontramos "El perro andaluz", en donde somos testigos de la enorme repercusión que causó este film de Buñuel, tanto para el poeta como para todas la esferas que tallaron el arte de aquellos años. También aparece "A un redactor de El Comercio", una carta dirigida a un destinatario anónimo, en cuyas líneas Moro resalta su enorme labor en defensa y prestancia de la cultura.

Moro sugerente, directo, su pensamiento sobre las palabras —a través de las líneas escuetas de homenajes tardíos y ceremonias desnudas, llenas del glamour siempre ajeno a la vida del poeta—, aparece triunfante en esta pulcra y notable edición. Todo poesía. Todo ensueño. Moro total.

© Francisco Izquierdo, 2003 descargar pdf

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