Laureles
del amor
El
amor consagra al amor
Los días sin lluvia
Y como conviene los días bellos
Para el amor y sus preferencias
Al prestigio del más viejo amor
Al único amor sin pena sin dicha sin retorno
Hace
100 años nació el peruano Alfredo Quíspez
Asín. Años más tarde, con el
seudónimo de César Moro (1903-1957),
se haría de un lugar estelar entre las más
grandes canteras de la poesía.
Discordante
con la sociedad de sus días, la sensibilidad
de Moro se mantiene vigente hasta nuestro tiempo y
de ahí su trascendencia. Inscrito como parte
del movimiento surrealista (y superando algunos escollos
de este) escribió la mayor parte de su obra
en francés: sinónimo de vanguardia y
modernidad sobre todo en su época, aunque esta
sería menos atrevida que la obra en español.
Vivió, escribió y exhibió en
Francia y más en México (en donde se
da la etapa más fructífera de su actividad
de creador). Volvió a Lima más tarde
y murió de una "enfermedad desconocida".
Póstumamente fueron publicados algunos poemarios
suyos de impecable factura como el ya clásico
La tortuga ecuestre.
Sus
poemas son centellas que siempre se adelantan a la
historia, tatuajes ardientes, músicas subcutáneas.
En ellos, la más elevada amalgama de la vida
y la muerte: El Amor, yema en el ápice de la
inflamación de sí misma y por sí
misma.
Y qué fuente más refulgente que el Amor,
de la que se verán fluir los mejores poemas
de Moro. Lumbre de la vida: el Amor vulcanizándolo
todo. Esa carnalidad espiritual, fiesta de adjetivos,
esa mística coronada de imágenes pomposas
o furtivas, en cada poema, versículo, verso
corto, palabra.
No pocos son los estudiosos que se han encargado de
su obra, confirmando lo que ya sus textos nos presagian.
Su obra, según el crítico literario
Ricardo Silva-Santisteban, "aporta al superrealismo
un innegable calor humano del que muchas veces carecieron
los poetas del movimiento, al escribir textos mediante
la técnica del automatismo, en forma mecánica,
o por estar faltos de una visión del mundo
que diera forma y vertebración a su poética."
Surge
entonces Prestigio del amor (2002) de
las ediciones de la Universidad Católica
como la primera entrega de la colección Obras
Esenciales. Con una recopilación de textos,
traducidos del francés y en español,
y otras artes del poeta, trata de erigirse como una
especie de "Moro esencial".
Se trata de los poemarios más significativos
de Moro, y una selección de poemas de sus demás
libros, seleccionados, traducidos y prologados por
Ricardo Silva-Santisteban, quien reafirma su labor
constante en el aún malherido ámbito
de las letras en nuestro país.
Esta
edición bilingüe contiene cuatro poemarios
completos agrupados según la cronología
de su escritura: La tortuga ecuestre (1938-1939),
Le chateau de grisou (1939-1941), Lettre
d´amour (1942), Pierre des soleils (1944-1946).
Encontramos también una selección de
los poemas más representativos de todas sus
épocas, correspondientes a sus otros libros
(Amour à mort, Trafalgar square...),
un relato (L´ombre du paradisier), una
pieza teatral (Ceil de perdrix) considerada
como la "Única muestra escénica
surrealista peruana", y prosa varia (Los
anteojos de azufre, A propósito de la pintura
en el Perú... artículos y traducciones,
de las obras de los poetas y pintores afiliados al
superrealismo). Además de todo lo anterior,
la feliz inclusión de las Cartas a Antonio,
de encuestas y una muestra "imprescindible"
de su obra plástica a todo color, cerrando
la colección con iconografía (fotos,
documentos...)
El
libro fue editado originalmente en 1997, también
por la Universidad Católica, pero en la colección
Manantial Oculto la cual es de distribución
algo restringida y de tiraje menor, de modo que este
primer Prestigio de amor se agotó rápidamente.
Para los poco afortunados en conseguir el libro de
1997, viene esta segunda edición, con un mayor
tiraje, pensada para llegar a más lectores
interesados en la inminente poesía de Moro.
Se
consagra, así, prácticamente Prestigio
de amor como texto de obligada consulta y visitación
para mayor acercamiento a uno de los registros poéticos
más brillantes de nuestra tradición.
Se espera la pronta revelación de volúmenes
de muchos poetas -y escritores en general- desatendidos
en los últimos tiempos, ediciones que dependen
en gran medida del esfuerzo de los fondos editoriales
de las universidades y de los centros de estudio e
investigación. Queda el buen sabor de boca
de este tipo de publicaciones y la latente preocupación
de la literatura peruana y sus autores, se encuentren
o no lejos de su centenario de nacidos.
©
Dante Ayllón Bulnes
|