Esta no es una editorial como las anteriores. Aunque nos satisface poder entregarles un nuevo número después de una larga sequía, esta edición de El Hablador asoma la cabeza en una de las peores crisis políticas y sociales del Perú. Los más de sesenta muertos en las protestas (la mayoría de origen andino) y el desprecio de las élites limeñas (en las que, por supuesto, participa toda la prensa tradicional) solo evidencian el trágico espectáculo de un proyecto frustrado de nación, un proyecto tan quebrado y fallido que en doscientos años de vida jamás supo ni le interesó abrazar sus complejidades, diversidades y contradicciones.

En un país gobernado por su pulsión racista y su indiferencia de clase, se ha vuelto imposible la convivencia entre los ciudadanos. La insatisfacción social no solo refleja un hartazgo histórico, sino sobre todo impone la necesidad de un punto de quiebre que nos empuje a repensar el Perú. Poco a poco, la crisis se ha agudizado a tal extremo que ya no sirven los atajos ni las escapatorias. Solo parece haber un camino para salir con decencia de este conflicto: empezar a refundar lo que somos excavando hasta la raíz. Porque, a pesar de las monsergas de los extremistas, lo cierto es que en los últimos treinta años no ha habido un momento más urgente que este para comenzar a hacerlo.

A estas alturas resulta evidente que el problema no es solo político ni económico, sino también, y acaso principalmente, social y cultural. Como país, no hemos sabido construir una narrativa integradora que nos reconcilie con nuestras propias grietas. Ante un escenario tan desolador, ¿tiene sentido persistir en la literatura como un espacio de reflexión y debate? ¿Qué papel cumple el acto de escribir en medio de un autoritarismo cada vez más impune? ¿Qué hacer cuando de la manera más perversa se violenta uno de los últimos rincones de la intelectualidad peruana, como es la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la casa de estudios de todos los miembros de esta revista?

Nuestra respuesta es sencilla y rotunda: seguir resistiendo desde el coraje de las palabras. A lo largo de las últimas dos décadas, El Hablador ha procurado ser ese espacio que debate no solo de arte o literatura, sino que abre la discusión hacia otros panoramas para examinar, de manera crítica, qué cosa es finalmente el Perú. Por eso, en este nuevo número, los lectores encontrarán textos de toda índole: desde un ensayo personal sobre una teoría del origen de Sendero Luminoso hasta un artículo sobre el futuro inminente de las viviendas ecológicas, pasando por estudios analíticos de las obras de autores como Antonio Gálvez Ronceros, Ricardo Palma o Richard Parra. Asimismo, presentamos dos entrevistas claves que, a su manera, analizan la función de los académicos y los escritores en la actualidad. Además, están nuestras infaltables secciones de reseña y creación: dos espacios que nos permiten indagar en la producción literaria del momento.

Para terminar, quisiéramos dedicar este número a la memoria de Óscar Colchado, un escritor que nos enseñó a mirar el Perú con otros ojos. Y también a nuestro querido amigo y colaborador José Rosas Ribeyro, quien nos dejó hace pocos días y cuya pérdida todavía nos estremece.

Marzo, 2023