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ANEXO
Canto al ciudadano presidente Manuel Pardo
¡Bien haya veces mil aquel momento
En que á las manos del saber se entregan
Las riendas del poder!
……….. que viva
Su gloria colosal queda en sus hechos;
Hechos que en eco de alabanza suenan,
Que el campo inmenso del espacio ocupan,
Y el raudo giro de los siglos llenan.
Quintana
En tiempo no remoto prostituía,
Tributando loores
A inicuos opresores,
Su grandiosa mision la poesía:
Entonces ella esclava,
Ya marchito el laurel de su corona,
Ante un soldado audaz se prosternaba
Y elevó al despotismo en su persona
Los himnos que modula
El labio infame del cantor que adula.
Así la acorde lira,
El plectro así, ¡degradacion inmensa
Que el universo admira!
¡Buscaba en el poder la recompensa!
Deshonrosa verdad: pobló el acento
De la lisonja vil todo el espacio;
Pudo lograr la adulacion su intento
Y en la academia, el templo y el palacio
La voz se oyó constante
Que proezas y gloria hubo atribuido
A mas de un gobernante
Que de génio y valor ha carecido.
Correr precisa un velo
A cuadro tal de oprobios y de afrenta,
Desde que en limpio cielo
Luce el íris despues de la tormenta.
Que alto prestijio la nacion restaura,
Halla su altiva dignidad el hombre
Y respiramos de la paz el aura;
Perpetuamos el nombre
Del hijo de la patria predilecto,
Para rejirla ahora,
Por el sufrimiento popular electo,
Y pues su alma atesora
Amor patrio sin fin, civismo tanto:
Alzar es justo en su homenaje un canto.
No con la diestra en la inspirada frente,
Mi musa juvenil busca una idea
Que viva eternamente,
Por que aplaudido sea
El fiel republicano,
En quien toda esperanza
Cifra el pueblo peruano
Que unánime publica su alabanza.
Ah! no! pues en la historia
Le habrá de consignar, con áurea pluma,
Risueña, la nacion, su invicta gloria
Mayor aun que la de Octavio y Numa.
Mas grande sí. Se mira en lontananza
Prosperidad que alcanza
El preclaro talento
Del que es hoy de la ley un centinela,
Y con el noble intento
De que se cumpla, infatigable, vela:
Sanos consejos de la ciencia toma:
El crédito asegura
Y le dá á la Republica ventura,
Con la quietud tradicional de Roma.
No es vencer en las hides árdua empresa,
Que reparte sin tino
Los triunfos mas sangrientos el destino
Y nunca así, de distribuirlos cesa:
La suerte de las armas tan precaria.
Disipar las tinieblas en que se halla,
Sin ninguna instruccion, la muchedumbre;
Brindarle del saber la clara lumbre,
Dá mas lauros que el triunfo en la batalla.
Rifar en el peligro la existencia,
Arrebatando víctimas sin cuento
De la epidemia á la mortal violencia;
Es que realice un noble sentimiento,
Con indecible gloria,
El mas bello ideal de la victoria.
El desvalido, el huerfano y la viuda,
De inmensa gratitud henchida el alma,
A aquel que los protege y los escuda
Constantes bendiciones dan, sin duda.
¡Sublime galardon! ¡frondosa palma!
El que antes era inculto y se vé instruido
Por que una luz le disipó la sombra
Que le había la mente oscurecido;
Mientras viva, tambien, reconocido
A quien le debe el beneficio, nombra.
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Contener la discordia
Adunando opiniones
Y en aras del altar de la concordia
Ver depuestas políticas pasiones;
Parece por dificil increible,
Mas no fué para el digno gobernante
Tarea de titanes imposible,
Emprendióla con fé y está triunfante.
La heróica libertad tuvo perdido
Su solio augusto que miró en escombros;
Pardo lo ha reconstruido
Y á Pardo, agradecido,
Levanta el pueblo fiel sobre sus hombros.
Regado está de flores el sendero
Que sigue el jefe ilustre,
Con firme paso al avanzar certero,
Sin que su plan se frustre.
Poniéndole al empeño faz adusta,
Pues el influjo á la nacion arruina,
Ademas de gloriosa será y justa,
Bajo el arco que el triunfo le destina,
La empezada carrera
Que terminar beneficiando espera.
Si á su marcha se opone un sedicioso,
Perturvador del público reposo,
Que sea castigado;
De la justicia sienta el brazo fuerte
Y sálvese el Estado
De anarquía feroz, de infausta suerte.
Caiga sobre el traidor un anatema,
La piedad su sentencia no revoque
Y ni haya ley que en su favor se invoque:
Es el bien del país la ley suprema.
Las artes y la ciencia,
De civilizacion sublimes galas,
Den al bello Perú nueva existencia
Y al desplegar sus brilladoras alas
Rápidas se levanten.
Pomona y Flora, uniéndose en anhelo,
Perpetuo y dilatado,
En un eden transforman este suelo,
Por que los bardos canten
En verjeles de ambiente perfumado.
De fratricida guerra
No estalle al esplosion aterradora
Y desde el mar profundo á la alta sierra,
Silvando, la veloz locomotora
Las distancias suprima
Y dé á las obras del progreso, cima.
La verde oliva que la paz demuestra
Teniendo en la siniestra,
La ley fundamental en la otra mano
Y con la insignia bicolor al pecho,
Emblema soberano
De independencia, gloria y buen derecho:
Del supremo dosel sube las gradas
Un génio que hoy la situacion exije
Y acorde la República lo elije
Mirando su honra y propiedad salvadas
Hace á Pardo inmortal, de zona en zona,
La Fama al verlo prodigando bienes:
La Democracia en pié, lo galardona,
Y de cívicos lauros la corona,
La invicta Libertad, ciñe á sus sienes.
Acisclo Villaran
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