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Hubo muchos detalles que no podían pasar desapercibidos, como el recorrido audiovisual sobre los diversos períodos del escritor en Lima y Europa, así como las cartas enviadas a Julio Cortázar o Carlos Barral

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Mario Vargas Llosa y los universales

por Mario Granda

 

Los que contaban con más tiempo pudieron quedarse a ver la filmación del discurso de recepción durante la ceremonia de nombramiento como miembro de la Real Academia Española, o ver entera la última versión cinematográfica de Pantaleón. Lo que más llamó nuestra atención, sin embargo, se encontraba en las secciones dedicadas a su paso por la política y el periodismo.

Allí se instalaron los afiches y la propaganda del Movimiento Libertad, así como algunos artículos aparecidos en revistas extranjeras sobre el Perú —el caso Uchuraccay— o sobre algunos temas literarios coyunturales como el caso Padilla, entre otros textos que luego formarían parte de Contra viento y marea y Piedra de toque. Pero lo que tal vez llamó más la atención es la proyección de algunos de los videos de Vargas Llosa en su paso por la televisión a comienzos de los años ochenta, en su programa Torre de Papel, programa cultural en el que el escritor entrevistaba a diversos personajes del medio cultural peruano, etapa aún poco conocida. Acompañan la exposición diversas fotografías del autor con escritores como Abelardo Oquendo, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Guillermo Cabrera Infante y Carmen Balcells, entre otras personalidades y políticos de antaño y de la actualidad.

Interiores

Sin embargo, creemos que el montaje de la exposición habría mejorado si es que se le hubiera dado más cabida a artistas cuyos trabajos estuvieran inspirados por la obra de Vargas Llosa, tales como los cuadros de Tápies —que se han colocado como portadas de sus libros— o de artistas plásticos más jóvenes. No obstante, sólo se recurrió a Fernando de Szyszlo y a algún escultor invitado más, lo que nos obliga a preguntarnos por qué ya no hay más artistas plásticos —y si los hay, por qué no se conocen— que enriquezcan la mirada sobre las obras en cuestión.

La literatura y la vida reitera una de las ideas centrales de Vargas Llosa, en tanto que la ambas elementos son evidentemente distintos, pero ineluctablemente unidos: los “demonios” que produce la vida —en el hogar, la instrucción militar o la política, en este caso— deben ser exorcizados a través de la literatura. Pero esta lectura, no exenta de cierto halo romanticista, es la lectura que Vargas Llosa siempre ha dicho sobre su obra y la que buena parte de la crítica, como también sucede en esta exposición, no hace sino repetir.

Es cierto que el propósito central de la muestra, como se ha señalado, es hacer conocer los tópicos centrales de la obra vargallosiana. Sin embargo, como ya hemos mencionado, las recreaciones de los distintos escenarios sólo llegan a eso, a recreaciones, sin mayores posibilidades para el lector-visitante. Las salas, y, en consecuencia, sus libros, se convierten, de este modo, en elementos arquetípicos, en fetiches, sobre los que no hay mucha libertad para la imaginación (como ejemplo, puede tomarse el salón donde solo se encuentran reproducciones gigantes de sus libros y donde los asistentes solo se ven limitados a pasar caminando por ellos). Por el contrario, hubiera sido interesante presentar estos mismos tópicos bajo nuevas interpretaciones o lecturas que exploren —como los artistas plásticos, en el caso de esta exposición— nuevos “interiores” de la obra.

Se ha dicho mucho que siempre es Vargas Llosa el más homenajeado, el más celebrado por los medios, y que una exposición como ésta le quita espacio a otros escritores. Sin embargo, y a pesar de las observaciones señaladas, también creemos que de vez en cuando es necesario repasar la vida y la obra de escritores de su talla, pues permite que su obra sea incluida en el debate nacional. La fama de Vargas Llosa hace que, efectivamente, mucho de lo que se dice de él caiga en un acercamiento acrítico. Pero estos espacios, por el contrario, deberían plantearse en lo posible como nuevos intentos para abrir el relato o narrativa de vida de un escritor que actualmente todo peruano debe conocer.

 

© Mario Granda Rangel, 2009

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