Concentrémonos por un momento en la idea del doble: Perteneciente a la superstición, su sola presencia ha suscitado plasmaciones extraordinarias dentro de la literatura (Los elixires del diablo, William Wilson, El extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, El retrato de Dorian Gray, etc.), las cuales, en su mayoría, están abocadas al fin del terror.
El doble es un elemento empleado para presentar la ya anotada complejidad del hombre. Es reflejo, sombra o espejo, su existencia genera inseguridad y angustia que acercan al protagonista hacia la locura cuando descubre su fragmentariedad, la grieta de su identidad. Esto devela la dualidad, el conflicto. Pero estos casos responden más a una disociación de las fuerzas psíquicas que conlleva a un estado esquizofrénico y a una manía persecutoria que puede relacionarse con la paranoia. Hasta aquí los rasgos señalados por Otto Rank.
Algo más fecundo para el análisis del doble es verlo como lo siniestro(1). El doble es la encarnación de lo siniestro: todo aquello que habiendo debido permanecer oculto ha salido a la luz. Este volver atenta contra la identidad del yo en tanto éste se encuentra con alguien que es su igual (plano factible, familiar) pero que a la vez no es (lo extraño). Es entonces que se produce lo siniestro: cuando algo familiar se vuelve ajeno. Así, las andrógenas son reproducciones a semejanza del hombre, pero no dejan de producir una inquietante extrañeza, es decir, su presencia hace que los límites se desvanezcan. Cuando Freud se interroga sobre cómo lo familiar devine en siniestro establece a la represión como la principal causa de lo siniestro y, por ende, de la angustia, ya por la indefinición, ya por la irrupción de lo extraño en la tranquila realidad. Así lo indica el propio Freud:
(…) lo siniestro no sería nada realmente nuevo, sino más bien algo que siempre fue familiar a la vida psíquica y que sólo se tornó extraño mediante el proceso de represión. Y este vínculo con la represión nos ilumina ahora la definición de Schelling según la cual lo siniestro sería algo que, debiendo haber quedado oculto, se ha manifestado. (2498)
Otro punto que cabe mencionar es la transformación de la noción del doble. Freud señala que uno de los sentimientos más ancestrales es el de la muerte, de tal manera que puede hablarse de una concepción del doble vista como continuidad de la vida, un modo de conseguir la seguridad de nuestra permanencia, no obstante dicha creencia es mantenida es un estado primitivo que luego pasará a convertirse en la representación de un avater de la muerte.
Hasta aquí todo lo dicho haya su razón en Lo Fantástico del siglo XIX. El gran paso que permite el cambio de paradigma es el crecimiento de la tecnología, los inicios de la modernización, alentados por los cambios económicos, todo lo cual permitió, como señala Mauppasant, hacer cada vez más difícil la creencia en la sobrenatural, viéndolo ya tan ridículo e inverosímil. Presenciamos, pues, que se era necesario de otros recursos, de la ciencia, en especial, para alentar nuevas impresiones, ya sin aterrorizar, sino más bien buscando generar duda. Por ejemplo acerca del temor a la muerte, a la sustitución, temores longevos que se realimentan con el día a día haciéndose angustia, ¿cómo es que se reinterpretan bajo el signo del doble en la Ciencia Ficción?, y en especial ¿hasta qué punto podemos hablar de doble en XYZ?
Perturbar la realidad
Para iniciar esta incursión en las respuestas definamos primero que el doble dentro de la literatura es una forma literaria, específicamente lo que Bajtin llama en Teoría y estética de la novela el cronotopo, unidad artística de espacio-tiempo que se ha mantenido en la Historia. Hemos señalado obras del S. XIX pero el doble es una tradición que se remonta hasta los claroscuros griegos. Así el cambio ocurrido con el doble dentro de la CF involucra un cambio de pensamiento que incita a replantear las estrategias de Lo Fantástico. El doble en la CF, en XYZ, es una evolución, es un plus alejado de lo folclórico, convirtiéndose en un recordar de nuestro carácter alienado, en una crítica que más que atemorizarnos no invita a reflexionar, este es el carácter que mantiene y rescata de sus antecedentes. El doble se halla tecnologizado, se ha complejizado. Ha abandonado los bosques oscuros y las leyendas para convertirse en un andrógeno, en una adecuación a nuestros tiempos, ya no busca experimentaciones que tratan de incrementar la sensación de miedo sino, más bien, de criticar y plasmar un frente contra la realidad, con la industria, la masa, el peligro de dejar de ser nosotros, de ya no poder ser nosotros, de ser constantemente otros.
Como apreciamos, el nuevo planteamiento desarrolla una producción de la duda, a tal punto que la obra se convierte en un desestabilizador, en una profecía, en una declaración de nuestra alineación a ultranza y de los peligros del llamado Progreso. Se trata, pues, de perturbar la realidad haciendo de ella el material de la creación desde la cual se le criticara, hasta un punto que se tema que saliera de los libros y derrocara a la realidad. Por otra parte, el doble en XYZ se vuelve un estilo, una mezcla que halla su impronta en el duelo de la realidad cotidiana y la severidad de las ciencias y aun más de la ciencia y la literatura, cual señala Ernesto Sábato en su artículo “Poderío e impotencia de Einstein”:
Y el lenguaje esotérico de la ciencia influye para que el fenómeno psicológico se complete: mientras que la buena literatura se expresa siempre con palabras tan familiares como casa o lluvia, palabras que jamás impresionan a las gentes comunes (como bien lo saben círculos políticos y ciertos malos escritores, que no vacilan en reemplazarlos por inmuebles y precipitaciones pluviales), la ciencia se expresa con palabras tan enigmáticas como geodésica o entropía, ante cuya sola pronunciación los profanos caen en éxtasis, como los negros del África Central ante las palabras esotéricas del brujo (Sábato, 1955: 367).
Pero la cualidad del doble está presente no sólo como temática en Clemente Palma sino también como parte de su estilo, a tal punto que se pueda hablar de una estilística de la dobletud. Dicha dobletud se presenta en XYZ y en los cuentarios de nuestro autor como una manera de estimular una extrañeza y lejanía con el contexto, ya sea por medio de nombres (Rolland Poe, William Perkins, Xyzville, Rollandia) o acciones (el aislamiento y la construcción de andrógenos con albúmina de huevo y radio). Sin embargo, también notamos una disposición hacia un ambiente tangible y cotidiano: “Hace quince años Roland Poe, natural de Los Ángeles, estado de California, y yo, William Perkins, de Missouri, éramos estudiantes de la Universidad de Los Ángeles, en donde cursábamos estudios de Ciencias Físicas y de Ingeniería…” (Palma, 2006: 127). Como se ve, nada fuera de nuestra realidad, algo fácilmente registrable en los códigos de identificación, dado que todos comparten su conocimiento, para nada extraordinarios: “Como podía disponer de un par de semanas accedí a la invitación de Douglas Fairbanks de visitar su villa en Hollywood, en la que pase días encantadores con las estrellas del cine” (Palma, 2006: 133).
La mencionada dobletud se halla igualmente en el plano lexical, que puede enmarcar bien lo cromático o poético: “Viene enseguida la bellísima reencarnación de una náyade helénica y la espiritualización de una de lasa tres Gracias, o de las tres en una sola .Por donde queda un perfume de floresta y el aire mismo reemplaza con pena el espacio que la joven recorre con su andar rítmico y elegante de diosa exiliada” (Palma, 2006: 213), o que también puede tocar, a su vez, dichos o frases comunes: “¿Pero de quien, diablos, se trata?”, “Esta noche tendremos una cena que daría dentera”, “No importa que sean dos los pillos del mismo calibre que me harten con sus majaderías”, “Adiós, viejo”, por mencionar solo algunos. Igual de interesante sería resaltar la inclusión de palabras extrajeras en la forma textual y cavilar así en qué manera su selección traducen el cosmopolitismo ya sólo como moda o como una seria y fértil transformación de la lengua.
Lenguaje
El diálogo entre lo científico y lo romanesco (o vulgar) es otro de los puntos donde se presenta la dobletud: “La albúmina, antes de someterla a la acción de los aparatos vitalizadores, requiere una manipulación especial, que es mi secreto, y por la que adquiere una densidad adecuada, adicionándosele enseguida la levadura especifica que juega un papel bastante importante para el éxito de la plasmación” (Palma, 2006:180), “Al mismo tiempo, y por una gradual dosificación de las irrigaciones del proyectar de efluvios radioactivos tamizados, comenzó la misteriosa coagulación de la vida, si se permite esta inexacta calificación del fenómeno” (Palma, 2006:181). Se trata de un lenguaje que muchas veces Poe decide omitir al comprender la dificultad para que se le entienda:
“Para avivar tu pesadote espíritu tendría que salirme de tópicos tan interesantes como la poliginesia celular, los cálculos sutiles de la dosificación radioactiva filtrada, las polivalencias mórficas de la vida orgánica, los reflejos automáticos de la psicofisiología en los planos celulares transformados, etc. Y trasladarte dormido como un pedrusco, para que te despiertes en los dominios felices y agradables de lo romanesco. Y tengo que confesarte que el deslizamiento de la ciencia al romance no esta lejos de producirse, muy a mi pesar porque ello me desplazaría de la severa senda de los cálculos y de la fina estimación de las reacciones a veces crueles pero necesarias para llegar a resultados firmes y definitivos” (Palma, 2006: 181, mi subrayado).
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(1) En este apartado desarrollaremos lo que Freud indica como idea, como noción de Lo siniestro. Cuando retómenos este tema en el apartado del estilo de la dobletud trabajaremos sobre su expresión artística, sobre su realización en la forma. Como se vera, y lo que desamo mostrar, tanto de contenido como forma se implican en una mutua correspondencia.
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