Written in London, September, 1802
O Friend! I know not which way I must look
For comfort, being, as I am, opprest,
To think that now our life is only drest
For show; mean handy-work of craftsman, cook,
Or groom! -We must run glittering like a brook
In the open sunshine, or we are unblest:
The wealthiest man among us is the best:
No grandeur now in nature or in book
Delights us. Rapine, avarice, expense,
This is idolatry; and these we adore:
Plain living and high thinking are no more:
The homely beauty of the good old cause
Is gone; our peace, our fearful innocence,
And pure religion breathing household laws.
Escrito en Londres, Setiembre, 1802
¡Oh, amigo! No sé a qué dirección mirar
Para estar tranquilo, estando, como estoy, agobiado
Por pensar que ahora nuestra Vida solo viste
Para exhibirse; como la artimaña del astuto, el cocinero,
O el caballerizo. Debemos correr, resplandeciendo como el Arroyo,
En el cielo abierto y soleado, o no seremos bendecidos:
Nuestro hombre más rico es el mejor;
Ninguna grandeza de la naturaleza o del libro
Nos place. Ahora la rapiña, la avaricia,
Son idolatría, y a estas adoramos;
La vida plena y el pensamiento encumbrado ya no tienen valor;
La belleza hogareña de la buena y vieja causa
Se ha marchado; nuestra paz, nuestra miedosa inocencia,
Y nuestra pura religión que respiraba las leyes hogareñas.
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London, 1802
Milton! thou should'st be living at this hour:
England hath need of thee: she is a fen
Of stagnant waters: altar, sword and pen,
Fireside, the heroic wealth of hall and bower,
Have forfeited their ancient English dower
Of inward happiness. We are selfish men;
Oh! raise us up, return to us again;
And give us manners, virtue, freedom, power.
Thy soul was like a Star and dwelt apart:
Thou hadst a voice whose sound was like the sea;
Pure as the naked heavens, majestic, free,
So didst thou travel on life's common way,
In chearful godliness; and yet thy heart
The lowliest duties on itself did lay.
Londres, 1802
¡Milton! Deberías estar viviendo hoy:
Inglaterra te necesita, pues es un pantano
De aguas estancadas; altar, espada y pluma,
El hogar, la riqueza heroica de la casa y el salón,
Han castigado la antigua riqueza Inglesa
De secreta felicidad; somos hombres egoístas;
¡Oh, elévanos, regrésanos a nosotros mismos!
Y danos modales, virtudes, libertad, poder.
Tu alma era como una Estrella que vivía a lo lejos:
Tú tenías una voz cuyo sonido era como el mar;
Pura como los cielos descubiertos, majestuosa, libre,
Así viajaste por entre las costumbres más comunes de la vida,
En una alegría divina; e incluso tu corazón
Guardaba los deberes más oscuros en ella.
© Mario Granda, 2009
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