Las chicas del NO
Música y baile a cargo de Rafael Robles Olivos.
A mis ex-cusas,
para tirármelas de nuevo.
Lejos de toda justicia.
¿Cuándo superarás tu etapa de loquita 6 voltios
para animarte a conocer bandas mejores?
¿Cuándo superarás que te puse los cuernos a mi antojo,
que era un niño tonto y tú una niña más tonta y más niña que yo?
Lejos de toda justicia, ahora yo me siento mejor que tú
cuando deberías ser tú la que encuentre a la princesa de botitas blancas
cuando deberías ser tú la que escribe esto
de la forma más pinchista del Perú.
y con esto no digo que te vea triste cuando te veo
pero algo de ganas de matarme te deben quedar
porque te has besado hasta con el último de mis amigos
con mi editor
con mi ex enamorada
y lejos de toda justicia
sigues condenada a escuchar 6 voltios
como si nada se hubiera terminado.
Esa señorita que me odia.
Tanto tuvimos que esperar
para terminar odiándonos como el par de imbéciles
que fuimos siempre
Para recoger nuestras ropas con personas diferentes
Para que te lleves tu vestido azul
y tu peluche de perrito.
Yo fui tu espada de anticucho
Tú fuiste mi pañuelo para mocos.
Hacía mucho tiempo que no besaba tu faldita
Hacía mucho que no me probaba tus zapatos
Recuerdo que te bajé tantas estrellas
que terminamos rompiéndonos el cráneo
Recuerdo que eras tan dulce
que me picó una población entera de mosquitos
Yo me empalagué de tanto cuidado
de tanta falta de tristeza
Yo me cansé de tus reclamos
y me fui a montar bicicleta
Tanto tuvimos que esperar
para terminar odiándonos
como el par de imbéciles
que ahora piden más azúcar para su café.
Montar bicicleta.
Y claro que me acuerdo de ti
si eres como montar bicicleta
Claro que me acuerdo de tus labios en mis labios
de tus piernas cerradas y cobardes como los monos del parque de las leyendas.
Claro que me acuerdo de ti y de cómo te reías de mí
Pero claro que lo hacías con cariño, con respeto.
Con ese respeto malcriado que se burla del rosado
y de los cojines con nariz plastificada.
Claro que me acuerdo de ti,
de mis mentiras (de mis grandes mentiras),
y de tus palabras en mis odios tapados.
Claro que me acuerdo de la cerveza que me hizo reventar esa noche
y tú te fuiste para siempre, llorando de cólera y no llorando de pena.
Hubiera sido más fácil que lloraras de pena
Hubiera sido mejor quebrarte las piernas
Tú sabías cómo eran las cosas antes de volver.
Tú sabías de mi condición delicada,
de mis puntos flacos.
Claro que recuerdo, ahora que ya nadie está dentro del otro
A ti te sorprenderá que todavía exista un todavía
a ti sorprenderá que siga siendo un mentiroso
y tú la niña tonta que me lee hasta la última palabra
Entrega por delivery.
Llama a tu madre y dile que te recoja
Llama a tu ex enamorado y dile que regrese
Llama a tus amigas y diles que me escupan en la cara.
Llama a mi madre y dile que me odie
Llama a mis amigos y diles que se pierdan, por favor.
¿Acaso no ves que contigo soy todo eso que no debo ser?
¿Acaso no ves que tengo la manía de contar hormigas muertas?
Mi vagina es tan grande como tu pene.
Pero tú eres mujer y yo soy hombre.
No soy machista pero entiendo que los hombres no nacimos para romper corazones ni nada de eso. Somos piezas ridículas que se clavan palitos de anticucho en el corazón.
Por favor, llama a tu madre y dile que te recoja
o ponme los cuernos y ríete en mi cara.
Sólo así te ganarás la admiración que le tiene el cuerpo al asesino,
el respeto que se gana del padre que recibe una paliza de su hijo.
Cágame, por favor.
La sonrisa de Vallejo.
Sacarte la ropa y llegar completamente alcoholizada
al local más enterrado que encuentres
es sin lugar a dudas una de tus rutinas
Yo podría escribirte una melodía pop que te vendría como anillo al dedo
Hablaría de tus formas contreras y de tu escudo medieval a la hora de hablar de la Vallejo más bonita.
De la Vallejo que no escribe pero que sabe sonreír
y que eso al fin y al cabo es mejor que nada. Yo podría escribirte una canción pop o una guaracha
Algo chistoso que nos retrate calatos y borrachos en mi cama
sin saber cómo besarnos
sin saber qué hacernos con las manos
y con las ganas de irnos a cualquier otro lugar.
No he conocido a tus padres pero me has besado cuatro noches diferentes
No conoces otra parte de mi casa
que no sea el cuarto oscuro donde nos metemos
Te encuentro sobria y no me conoces,
Hay que esperar unos minutos, unas cuantas horas
y luego algo de ti me dice que ya es tiempo de querernos otra vez
como quien no quiere la cosa
como quien encuentra el pretexto perfecto
para olvidarse de todo lo que pudo parecerse a una caricia.
La última apaga la luz.
I
Cuando estoy contigo no me importa el TLC
ni la deuda externa
Pero por más que nuestros abrazos nos duelan
y nuestras palabras se llenen de hormigas,
las explosiones en Irak
no me las apaga nadie.
II
Tus botitas de cuero blancas que bailan en la mesa
tus bromas pesadas y tu trabajo a la vuelta de mi casa
A ti te puedo hablar de los animales que entierro en mi jardín
A ti te puedo dejar de tocar porque nunca te he tocado.
Déjame decirte, para terminar,
que ver la televisión contigo tiene su gustito particular
aunque se me corte la respiración
aunque me corten el cable.
Lima, setiembre del 2005.
© Rafael Robles, 2005 |