Porfirio
Mamani (*)
Voix
au-delà des frontières
París, L`Harmattan
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La poesía, un espacio
sin fronteras
Llega
a nuestras manos, bajo el sello de la editorial L' Harmattan,
el reciente poemario Voix au-delà des frontières
(Voz más allá de las fronteras)
del poeta, narrador y ensayista peruano Porfirio Mamani
Macedo (Arequipa, 1963). Esta edición bilingüe
(francés-español) incluye un prefacio del
crítico Jorge Cornejo Polar.
De por sí el título del texto nos alude a
una voz que intenta romper o vencer las barreras que le
impone el mundo por medio de la poesía. Y uno de
esos obstáculos son las fronteras que siembran las
diferencias entre los seres humanos. El poemario se encuentra
dividido en tres partes: el prólogo, los poemas en
sí y el epílogo.
En el prólogo Mamani nos da la idea central de la
cual gira todo el libro: la travesía que realiza
el poeta en su memoria. En ese viaje encuentra lugares maravillosos
(recuerdos de su infancia, de su país y sobre todo
del contacto con la naturaleza), pero también sitios
mudos en los cuales ve miles de manos no extendidas. Los
veintinueve poemas que conforman el texto se desnudan para
mostrarnos las llagas que aún siguen latente en la
memoria del poeta. Estas heridas se deben a la dolorosa
experiencia que vive en España, por el simple hecho
de ser extranjero pero específicamente por ser mestizo.
Su rasgo físico es la causa de la desconfianza, desprecio
e indiferencia del otro: "El color de mis ojos le sorprende";
"Miran mi rostro y sus palabras caen como lanzas encendidas";
"Y tocan a la puerta y miran mis manos y mi sangre";
"mirando en tus ojos tu frontera"; "Mirada,
odio que te hundes en los muros". La fría mirada
del otro está presente en todo el poemario y provoca
que el poeta se cuestione sobre su propia existencia: "Ahora
soy y no soy nadie".
Mamani soñaba encontrarse con una cultura acogedora,
casi familiar por la historia que los une (el descubrimiento
de América, la conquista del Perú, etcétera)
pero paradójicamente estos hechos habían construido
sus distancias. La Madre Patria no lo acoge como a un hijo.
Sólo encuentra en ese vientre el desamor y la más
fría soledad: "El tiempo que pierdo esperando
noches de ternura que nunca/ llegarán"; "Madre
española que me serviste tu olvido en un plato/ cinco
días y sus noches". Es una voz que grita a través
de las palabras la incomprensión de las personas
y de la vida.
Para Mamani la poesía es el único espacio
en el que puede cobijarse y donde sabe que no encontrará
fronteras que intenten expulsarlo. Es el lugar en el cual
las palabras expresan fielmente el sentir de su espíritu,
aunque él mismo dude a veces de este rasgo, pero
sólo en la poesía puede encontrarse consigo
mismo: "Mas nada ha de callar este río de palabras/
Estas que brotan de mi piel cuando camino"; "¿Cómo
callar teniendo la palabra/ y la duda en la palabra?".
El poeta se apoya en la palabra porque está convencido
de que es la única que vencerá el olvido del
tiempo. Él desaparecerá como las hojas de
invierno pero quedará su poesía.
No todo es un ambiente hostil en ese viaje, pues encuentra
en la naturaleza española el abrazo o el abrigo que
le es negado. Esta naturaleza le es tan familiar y constantemente
le hace recordar a su querida tierra. Pero no sólo
añora a su patria sino también a su familia,
esta última simboliza el orden, la paz, la seguridad,
la protección que no le proporciona el caótico
mundo exterior: "Montañas que miran a ese hombre";
"Árboles, troncos que soportaron mi peso/ y
vieron indefensos mi caída"; "No todo es
viento ni tiempo que transpira/ Son también los años
que no cuento/ Aquellos que quedaron entre mares y montañas
desiertas/ Son los ojos de mi Padre que me espera en el
Perú/ La ausencia de mi Madre que me espera en alguna
parte"; "Senderos, ríos, árboles,
vientos/ que me recuerdan a mi Padre/ y también la
memoria de mi Madre".
Es un poemario que se recomienda leerlo por la rica variedad
temática aparte de la pulcra y sencilla estructura
de sus versos. Estos dos ingredientes producen que el lector
se sumerja y viva intensamente cada verso.
Finalmente podemos decir que no todo son ilusiones sepultadas,
pues surge en los sueños del poeta la esperanza de
que en un futuro se borren dichos muros: "Te esperaré
en alguna parte/ para construir en tus orillas/ una casa
sin fronteras".
©
Liliana Fretel
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(*)
Puede leer los poemas inéditos de Porfirio
Mamani Macedo, publicados en el
presente número de El Hablador.
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