Creo
que la cuestión ha sido plantearle una pausa
a la cotidianeidad nuestra. A nuestro cotidiano mercado
editorial. A nuestra impostada idea de inexistentes
escritores, de nula renovación literaria. Creo
que la cuestión puede ceñirse, también,
a escapar un poco del grupito happy friends
de dos o tres, de tres o cuatro, de dos por dos. Solo
un poco, un poquito.
Ahora,
si asumimos nuestro aire mediático de lectores
—y yo el mío, de redactor casual—
esta cuestión, basada en pausas elaboradas, se
asume como una especie de eslabón redentor para
nosotros. Hablo entonces de nuevos bríos, de
luces paralelas a las ya acostumbradas, de novelas-cuentos-ensayos-poemarios
desconocidos, de escritores desconocidos, de novedosas
ediciones, de concursos seductores, de entregas por
delivery. Resultado, todo esto, de una suerte
de boom ensordecedor que ha irrumpido en el
entorno cultural peruano: nuevas editoriales (proyectos
editoriales) en busca de nuevos, y no tan nuevos, talentos.
En
definitiva, la figura es la siguiente: en el Perú
hay gente anónima que escribe —mal o bien—
y hay muchas dificultades para publicar. Así,
las posibilidades de concretar un libro para un desconocido
radican en una suerte de lotería, o quizá
en la autosuficiencia personal.
Están
los casos de las archiconocidas plaquetas universitarias,
los pasquines fotocopiados, libelos por doquier. Pésimos
textos, o muy buenos pero en una mala edición:
en nuestro país no hay una cultura editorial,
un filtro que seleccione la calidad cabal del trabajo
de los escritores contemporáneos, no se corre
el riesgo de proponer algo nuevo. Pero es así
como este boom antedicho, ha traído
consigo a nuevas propuestas, otras miradas.
Mata
la manga
Proyecto
romántico, el Grupo Editorial Matalamanga, dirigido
por los escritores Sophie Giordano, Ezio
Neyra, Gonzalo García-Sayán y Alonso
Almenara, ingresó al mercado editorial en los
últimos meses del 2003, con la convocatoria de
un laureado concurso de cuentos. Es a partir de aquí,
que con los ganadores designados, se procedió
a la edición del primer libro hecho por esta
editorial: El arte, las mujeres,
la muerte y otros cuentos (la antología
de los mejores relatos que dejó este concurso).
Pero,
¿de dónde viene este nombre tan extraño?
O mejor, ¿por qué Matalamanga? La historia
sucedió más o menos así: cierta
vez que Gonzalo García-Sayán realizó
un viaje por Europa, visitó la ciudad francesa
de Toulouse. En una calle de esta se encontró
con un grupo de africanos que danzaban y cantaban. De
todas las cosas que escuchó por parte de ellos
solo recordó una palabra: Matalamanga.
Lo que vino después ocurrió en Lima, con
la idea de la editorial, su concepción misma
y buscarle un nombre. Allí es donde entró
a tallar el recuerdo de García-Sayán de
su paso por Francia, y bueno, el resto es ya conocido.
“Todo se inició con el concurso y su inesperada
acogida, por los casi 800 textos recibidos. Luego vino
la publicación del primer libro y la buena recepción
por parte de los lectores y la prensa”, detalla
Ezio Neyra.
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Ezio
Neyra: "Los críticos y la prensa,
en general, influyen en el lector potencial. Aquí
es donde prevalece la opinión, aunque no
hay una crítica institucionalizada ni formal
por parte de los medios". (Foto:
Gigi de la Quintana) |
Matalamanga
lleva publicados tres libros (todos financia-dos): la
antología ya mencionada El arte, las mujeres,
la muerte y otros cuentos; Descuentos,
de Christiane Félip Vidal; y el reciente Un
hombre flaco bajo la lluvia, de Armando
Robles Godoy. Este mérito señala a
la editorial como una opción atractiva dentro
del alicaído mercado editorial peruano. Su intención,
entonces, parte de publicar a gente inédita,
sin importar quién sea el autor, ya que lo más
substancial para los editores es que la calidad del
libro sea sobresaliente.
Si
bien el comienzo fue arduo, y todo el trabajo de selección,
edición, distribución fue asumido por
los cuatro editores, desde hace pocos meses atrás
Matalamanga cuenta con el asesoramiento de un jefe de
prensa, encargado de todo lo concerniente a relaciones
públicas, en busca de difundir el trabajo de
la editorial en los medios. Así lo explica Neyra:
“Los críticos y la prensa, en general,
influyen en el lector potencial. Aquí es donde
prevalece la opinión, aunque no hay una crítica
institucionalizada ni formal por parte de los medios.
Desgraciadamente la situación es así,
sin contar con los pocos periódicos de literatura,
y su esporádica circulación entre grupos
pequeños, además de la inexistencia de
revistas especializadas, también en literatura”.
En
el caso de la distribución, en un principio Matalamanga
colocó los libros en librerías que tengan
llegada a provincias. Además de ubicar el material
en bibliotecas de colegios y universidades, tal como
sucedió con un colegio de Huancayo, que adquirió
30 ejemplares del primer libro.
"Este
es un proyecto de largo aliento. Por el momento, estamos
abocados a la edición de textos en género
narrativo. Pensamos también en el ensayo. El
caso de la poesía, pues, no está por ahora
en nuestros planes, pero no lo descartamos. Y bueno,
de por sí a nosotros nos encanta el trabajo de
edición, todo el proceso de producción
del libro, desde que tenemos el manuscrito hasta su
elaboración concreta. Por nuestra parte te digo
que el ánimo está muy latente”,
finaliza Neyra.
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