Luis Benítez

Paolo Mario Astorga Requena

Eduardo Fariña Poveda

Alexander Ríos

Yusef Simon

Josué Barrera

Juan Carlos Bondy

Fernando Isasi Cayo

Miguel Ángel Vallejo Sameshima

Jennifer Thorndike

 

 

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Eduardo Fariña Poveda

por Eduardo Fariña Poveda

 

Dale tiempo al pajar para que oculte la aguja

DALE TIEMPO AL PAJAR PARA QUE OCULTE LA AGUJA
Proporciónale las herramientas necesarias para la tarea
De querer que otros te ayuden eufóricamente
Debes caerles del cielo como la aguja en aquel infierno
Portarse mal les hará un bien
Jaque mate a tres jugadas es de pésimo gusto
Y que te importa todo eso ahora si bien
todo esto es demasiado
dale de todas formas tiempo al pajar
se tu mismo el pajar
esperando a tu aguja desde el cielo.

 

El humo entre maderas

Las oportunidades se cruzan como rectas
Pero tú sueles ser un punto muy jodido
Y en el espacio si llega a ser algo sideral
Pretende más alcohol y exaltación de pasiones
Que rara vez podría alguien bautizarlas.

Por montones y veloces
Pocas veces puedes disfrutar de su belleza
Ahí tienes a las mañanas
Con sus brazos abiertos y ardiendo
En ganas de querer subirte a donde el cielo
Ignora las quejas del oxígeno.

El humo entre maderas
Algo similar es el llamado
Para realizar cualquier cosa
Que de reojo te merezca la pena.

 

Guiño de ojo

Excusa el viento la falta de aliento
Aún bellos parecen los sueños en antiguos mapas
Todo lo que has dejado atrás mojado por la lluvia
Impresionantes sentencias del disco dorado
En noches que susurran edificios enfermos
Y avenidas repletas de recuerdos prestados
Por la prematura amanecida.

La sonrisa no duda en despistarnos
En abrigarnos en el orgasmo del verano
Pero es invierno y sobran los pasos acertados
Es ella misma un camino largo y estrecho
Por más pequeños, dos al lado la engordan
Y se arrancan los pájaros de acero
Los mismos de siempre, parece.

En noches que parecen de antología polémica
No dudan por consejo pero si por astucia
Ser uno mismo por sorpresa
Mucha luz no lo pone en evidencia
Oculta tu mejor ojo
Cuando tosan estos versos
En la posibilidad de su lectura.

 

Del camionero

A esos Jabalís que a caballo entre el sueño y el aguardiente de orujo
Abandoné en la carretera a la suerte de quién no ha catado el vino de su pasado
Se los comerán los años de la importante insipidez
De morir en el olvido por una causa poderosamente trivial
Mis ruedan se quejan todo el tiempo como quién discute con su padre
Y yo no considero nada porque hay que estirar ese vacío que se llama continuar
Como chicle como deuda injusta como canción cómplice como el horizonte lo hace
Cuando por tierra o mar nos prueba realmente lo hombre que somos
No hablaré de atardeceres o anocheceres porque de eso ya he hablado bastante
Y las tabernas los hoteles de carretera o cualquier polígono industrial no me reciben
Aunque traiga en el vientre de mi máquina la buena nueva
De que todo está funcionando realmente.

Es que vamos no lo sé
Me enfrento a este móvil inútilmente y a toda su fanfarronería
A cada extremo de la barra veo muchos rostros que podrían ser los míos
Los que pude tener en Coimbra A Coruña Lleida Toulouse Nápoles o Atenas
La barra de este hotel este repleta y ahora los italianos piden sus cafés cortos
A esa camarera Cubana o de por ahí me la llevaría ahora mismo
Y prolongaría el recuerdo… no son fáciles las verdaderas tentativas
Ya tener una copa de Cognac entre mis dedos es algo que me secuestra
Hacia todo el ánimo de una vida que entre comillas pudo ser algo distinta
Repleta de signos que pude simplemente haber obviado
Tengo el presente entre mis manos y solo eso importa
Cualquier cosa que choque en la carretera será cifra de estadística.

Podría pedirle a mi camión que no se dejara manejar por mi sordera
Por más que intente oír por donde voy las pistas necesarias
Para que al volver a casa no encuentre otra mujer u otros hijos
Distintos de mi recuerdo y mi cariño intermitente
Soy como un hombre que se parece engañosamente a otros hombres
No dictan mis peleas de barra una moda fotografiable
El viento que rasguña mis ruedas nada envidia a mi aliento de orujo de hierbas
Que se pasea por los muslos de una puta que rara vez abre sus ojos.

 

© Eduardo Fariña Poveda, 2006

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Eduardo Fariña Poveda: ( Santiago de Chile, 1982 ) En Chile cursó magisterio. Algunos de sus poemas han sido publicados en Revista voces, Panfleto negro, La página de Alejandro Lávquen y en Eclipse , revista de la Universidad de Zaragoza. Actualmente es coeditor de la revista literaria La caja nocturna , edición española, y miembro coordinador de la edición peruana.

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Para citar este documento: http://www.elhablador.com/poesia12_3.htm
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